lunes, 25 de mayo de 2020

EL INVERNADERO DEL FUTURO

Redacción Repentina


El proyecto que pretende llevar el concepto de invernadero más allá del modelo que conocemos fue creado en Canadá y se llama The greenhouse of the future. En él, sus creadores decidieron combinar tecnología avanzada con el aprovechamiento de los fenómenos naturales para hacer un sitio de cultivo en el que no se necesita un gran gasto económico y donde tampoco se desperdician los materiales y recursos utilizados. 

Las tecnologías y conceptos que inspiraron el diseño de este nuevo invernadero han sido estudiados y probados a lo largo de más de 40 años gracias a las investigaciones del arquitecto Michael Reynolds, defensor de una vida radicalmente sostenible, acerca de los invernaderos solares pasivos, así como por el desarrollo de sus Earthship homes. De este modo, el canadiense Francis Gendron, graduado de la Earthship Academy, en conjunto con sus colegas Christin Désilets y Curt Close crearon un modelo de invernadero con un diseño estratégico construido con materiales naturales, reciclados y sostenibles que interactúan con el clima para cultivar alimentos durante todo el año sin importar la ubicación donde se encuentre.

Asimismo, uno de los objetivos de este proyecto es que las personas sean capaces de crear su propio invernadero del futuro, por lo que crearon un paquete con un documental, un libro y planos donde se explica paso a paso cómo construirlo sin la necesidad de experiencia previa. Así los usuarios podrán cultivar productos orgánicos de su zona y desarrollar cierta independencia alimentaria.

Su diseño fue concebido a partir de ingeniería tecnológica para que el invernadero pueda crear su propio microclima y producir una variada cantidad de frutas y vegetales mientras emplea un mínimo de energía, gracias al aprovechamiento de los fenómenos naturales. Con la intención de optimizar al máximo las propiedades aislantes de la tierra se optó por un modelo de construcción semienterrada. Para economizar en materiales, el lado noroeste del invernadero fue creado con llantas reutilizadas rellenas con tierra con lo que se logra mantener la temperatura del interior. Su fachada orientada al sur se compone de mamparas de madera cubiertas de placas de policarbonato para permitir así el acceso de los rayos del sol y aprovechar al máximo las horas de luz. Además, cuenta con un efectivo sistema de recolección de aguas pluviales que son almacenadas en barriles al interior del invernadero que ayudan a regular la temperatura.

Sin lugar a dudas este modelo de invernadero, así como otras iniciativas para construir un huerto propio, puede ser una buena oportunidad para alentar a las personas a sumarse a estas nuevas soluciones que buscan reducir nuestra huella de carbono y ayudar al planeta.

Fotografías: EcoInventos y The Greenhouse of the future

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