viernes, 8 de diciembre de 2017

¿POR QUÉ CONSTRUIR VIVIENDA DE INTERÉS SOCIAL?

Redacción Repentina

La vivienda de interés social (VIS) surge con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad de vida de las familias con menos recursos económicos a través del acceso a mejores condiciones habitacionales y de entorno.

Antes de formular el diseño de una VIS es preciso tener conocimiento de las necesidades, aspiraciones y posibilidades económicas de las familias; es decir se deben analizar cómo se componen los grupos familiares a los que se dirige el proyecto. Sin embargo, adquirir una casa de interés social no resulta ser un buen negocio.

De acuerdo con las investigadoras de la Universidad Autónoma Metropolitana, (UAM), María Concepción Huarte y Teresa Esquivel Hernández, las casas de interés social a partir del año 2000 incumplen con las características de funcionalidad y necesidades de los habitantes. Es decir, no satisfacen los requerimientos de espacio y seguridad de las familias, pues son construcciones en masa pensadas en el costo y no en la utilidad que tendrán, según la opinión de las especialistas.

Las constructoras y el gobierno anteponen el costo de las viviendas a las necesidades habitacionales, pues son construidas para ocupar el mínimo de espacio requerido y al menor precio, sin importar que para las personas sea casi imposible habitarlas.

En el año 2012 el gobierno registró la cifra récord de 6.6 millones de viviendas. Esta cifra fue superior a la meta que se había establecido en el Plan Nacional de Desarrollo 2007- 2012; sin embargo, el dato cuantitativo no corresponde a los resultados cualitativos.

El sitio en el que se ubican las viviendas genera la exclusión de familias de bajos ingresos en zonas urbanas y rurales; es decir, estos lugares se vuelven difíciles de habitar por su lejanía con los centros de trabajo, escuelas o comercios, los habitantes pierden de dos a tres horas al día en trasladarse, hecho que resulta desgastante. Todo hombre, mujer, joven y niño tiene derecho a acceder y mantener un hogar, con la seguridad de que puedan vivir en paz y con dignidad.



En un principio quienes adquirían su casa con créditos del Infonavit o Fovissste consideraban que estaban adquiriendo un espacio propio y con mayor seguridad, pero luego el lugar cambió de una serie de construcciones estéticas a la construcción desordenada -sin permisos- de más pisos para contar con mayor espacio.  Esto afecta la seguridad y reduce el valor de la propiedad, por lo tanto, las expectativas de los compradores desaparecieron y diversas problemáticas fueron en aumento. Si se construye para la gente es preciso entonces verdaderamente pensar en ellos antes que otra cosa. 

Fotografía: cortesía

viernes, 1 de diciembre de 2017

EL PEDREGAL DE SAN ÁNGEL, ARQUITECTURA EMBLEMÁTICA DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Redacción Repentina 

El terreno que fascinó a grandes arquitectos y artistas como Luis Barragán, Dr. Atl, Mathias Goeritz, Jesús Reyes, Diego Rivera, Max Cetto, entre otros; lleva el nombre de Pedregal de San Ángel. Este terrero ha jugado parte importante en la historia de la nación, previo a la erupción del volcán Xitle -que provocó la desaparición de todo un asentamiento prehispánico- la demarcación contaba con templos y centros ceremoniales.

La arquitectura distintiva de esta zona forma parte de la imagen de nuestra ciudad desde que, en 1948, inspirado por el paisaje volcánico, el arquitecto Luis Barragán ideó la construcción del fraccionamiento “Jardines del Pedregal”.

Esta parecía ser una zona distinta a la común dentro de la Ciudad de México debido a los restos de piedra volcánica que dejó el Xitle. Así, el Pedregal de San Ángel fue pensado como un lugar residencial de descanso fuera de la vida capitalina y además como un sitio para alejarse de la contaminación, del tráfico y de todos los distractores que había traído consigo la modernidad,  la industria del entretenimiento y el consumo. En la construcción, las casas tendrían que adaptarse a la naturaleza, condición determinante de los estilos neocoloniales, neogóticos o neocalifornianos que se produjeron durante muchos años en la parte centro de la capital.

El proyecto se realizó en dos fases: la primera, en la que Luis Barragán dirigió las gestiones y el diseño urbano de esta área rocosa; y la segunda fase, en la que otros  arquitectos de renombre como Francisco Artigas, Félix Candela, Fernando Luna, Enrique del Moral, Enrique Castañeda, José María Buendía, Raúl Fernández, entre otros, participaron en la creación de viviendas fantásticas.

Lo anterior es una de las razones por las que esta zona residencial es tan valorada y por las que es considerada parte del patrimonio natural y arquitectónico del país. Además, estas construcciones han dejado una huella en el cine mexicano de los años setenta y ochenta donde reconocidos actores como Pedro Infante, Silvia Pinal y Mauricio Garcés dejaron registro de esta arquitectura a través de sus películas. 

Sin embargo, la urbanización de la capital y la explotación del suelo han puesto en peligro al Pedregal de San Ángel. Hoy el Pedregal se integra a la vida capitalina. En él emergieron edificios habitacionales u oficinas que ocuparon el lugar de alguna casa representativa de aquel movimiento arquitectónico que vio nacer al fraccionamiento. El Pedregal de San Ángel se fue transformando y con estas modificaciones desaparecieron algunas casas tradicionales, así como el ideal de que la arquitectura coexistiera con la naturaleza.






 Fotografía: cortesía