

Esta parecía ser una zona distinta a la común
dentro de la Ciudad de México debido a los restos de piedra volcánica que dejó el
Xitle. Así, el Pedregal de San Ángel fue pensado como un lugar residencial de
descanso fuera de la vida capitalina y además como un sitio para alejarse de la
contaminación, del tráfico y de todos los distractores que había traído consigo
la modernidad, la industria del
entretenimiento y el consumo. En la construcción, las casas tendrían que
adaptarse a la naturaleza, condición determinante de los estilos neocoloniales,
neogóticos o neocalifornianos que se produjeron durante muchos años en la parte
centro de la capital.
El proyecto se realizó en dos fases: la primera,
en la que Luis Barragán dirigió las gestiones y el diseño urbano de esta área
rocosa; y la segunda fase, en la que otros arquitectos de renombre como Francisco Artigas,
Félix Candela, Fernando Luna, Enrique del Moral, Enrique Castañeda, José María
Buendía, Raúl Fernández, entre otros, participaron en la creación de viviendas fantásticas.
Lo anterior es una de las razones por las que
esta zona residencial es tan valorada y por las que es considerada parte del patrimonio natural
y arquitectónico del país. Además, estas construcciones han dejado una huella
en el cine mexicano de los años setenta y ochenta donde reconocidos actores como
Pedro Infante, Silvia Pinal y Mauricio Garcés dejaron registro de esta
arquitectura a través de sus películas.

Fotografía: cortesía
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