viernes, 17 de noviembre de 2017

PROGRAMAS DE SERVICIO SOCIAL DONDE EL ARQUITECTO DESEMPEÑA UN ROL FUNDAMENTAL

Redacción Repentina

En el aula “Mario Pani” de la Facultad de Arquitectura, el 17 de octubre pasado, investigadores y estudiantes se dieron cita en el 11° encuentro titulado, “Arquitectura, paisaje natural, imagen urbana y sustentabilidad” para presentar proyectos de investigación en los que participan alumnos de servicio social.

Entre estos programas se encuentra inscrito el Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad (LANCIS), cuyo objetivo es llevar a la práctica los postulados de las ciencias de la sostenibilidad, con el fin de vincular el conocimiento científico con los procesos de planeación y generar políticas públicas relacionadas con los grandes problemas del país en esta materia.

Otro de los programas lleva el nombre de “Estudios de impacto ambiental y desarrollo de estrategias sustentables para el tratamiento biológico de aguas y suelos sustentables” que se dedica a la creación de humedales artificiales y es coordinado por el Dr. Víctor Manuel Luna Pabello, adscrito al Laboratorio de Microbiología Experimental del Departamento de Biología de la Facultad de Química de la UNAM. Uno de los proyectos realizados por este programa fue el humedal artificial en el lago del Bosque se San Juan de Aragón; en el que participaron académicos y estudiantes de la Facultad de Química, Ingeniería, Arquitectura y Ciencias.

“El objetivo era que (el humedal) fuera funcional y estético”, refirió el Dr. Luna. Esta es una de las aportaciones que puede realizar el estudiante de arquitectura: la tarea de idear un diseño compatible con el entorno.

Antes de iniciar la construcción del humedal es preciso definir sus características y para ello se requirió conocer el tipo de suelo sobre el cuál se iba a construir, la superficie disponible para su instalación, la cantidad de agua requerida para sanear y la calidad que se deseaba obtener.

Un tercer programa de servicio social, cuyo eje de trabajo es Mecánica y Energía bajo la dirección del Dr. David Morillón Gálvez quien estudió la licenciatura y el doctorado en ingeniería y la maestría en arquitectura. Este programa tiene por objetivo desarrollar conocimiento y formación de recursos humanos mediante la investigación en los temas de mecánica, energía, así como temas relacionados. Ello  con el objetivo de resolver problemas reales. En él participan carreras como Ingeniería Industrial, Actuaria, Arquitectura, Física, Ingeniería Mecánica Eléctrica, entre otras.


Participar en este tipo de programas de servicio social le proporciona al estudiante el contacto estrecho con la realidad, social, económica y cultural del país; asimismo, le permite poner en práctica los conocimientos adquiridos en su vida académica, le brinda conocimiento y experiencia.

Fotografía: Facultad de Química / Facultad de Arquitectura

viernes, 3 de noviembre de 2017

¿REFUGIO O PRISIÓN? A MAYOR POBLACIÓN, MENOR EL NÚMERO DE METROS CUADRADOS

Redacción Repentina

La ciudad es un sitio donde predominan industrias y servicios, por lo que debe poseer una gran infraestructura para cubrir las necesidades de la alta densidad de población que en ella se concentra. La gente emigra del campo a las ciudades en busca de mejores oportunidades de trabajo y mayor salario; al mismo tiempo es un centro donde convergen mayor variedad de opciones para el esparcimiento y recreación (museos, parques, conciertos, tiendas departamentales, etc). Es este uno de los motivos por los que vivir en la ciudad se convierte en una opción atractiva para inmigrar.

La Ciudad de México alberga 8,918,653 de habitantes según el censo poblacional del año 2015 realizado por el INEGI (Instituto Nacional de Geografía y Estadística). Esta cifra la posiciona en el segundo lugar a nivel nacional de las ciudades con mayor número de habitantes. A nivel global, entre las ciudades más pobladas del mundo, según datos de la ONU del año 2014, están: Tokio con 37 millones, Delhi con 24 millones, Shangai con 22 millones y, en cuarta posición, la Ciudad de México con 20 millones, sólo precede a Sao Paolo por diez mil habitantes.

Es pertinente entonces la pregunta: ¿dónde cabe tanta gente? Y, ¿cómo vive? La respuesta parece ser: reduciendo el espacio por persona. Las viviendas se adaptan a las necesidades demográficas y crean lugares más “asequibles”. En Brasil surgió un proyecto de nombre Vitacon house en el que se otorga 19m2 para vivir. Esto implica la búsqueda y construcción de muebles que se adapten para realizar diferentes necesidades en un mismo; por lo que, al menos hoy día, un departamento que demanda cierto tipo de muebles no lo hace asequible a todos.

¿Es calidad de vida desarrollar actividades como dormir, comer, leer y ver televisión en el mismo cuarto de tamaño reducido? No hay espacios de transición como mediadores entre los ambientes que permitan diferenciar una actividad de otra. Al mismo tiempo que las articula, se trata entonces de áreas compartidas. El espacio es estrecho y permite prácticamente realizar una actividad a la vez y obliga a mantener organización todo el tiempo. Se congestiona el espacio urbano. En este sentido, los sitios para vivir deberían no sólo ser adecuados en tamaño, sino también reducir al mínimo las tensiones psicológicas y sociales.


Nuestra ciudad no se queda atrás en este fenómeno. Entre los diez grandes proyectos de construcción en la Ciudad de México (en los que se invirtió un mínimo de 500 millones y hasta 169 mil millones de pesos, y que estarán listos para el 2018) la mayoría son edificios de vivienda y oficina, ubicados algunos en Lomas de Santa Fe, Polanco y San Ángel; principales centros de actividad financiera y empresarial.

Fotografía: cortesía