Las
abejas tienen una estrecha relación con la producción de alimentos; más aún,
son necesarias. Gracias a la polinización, las flores y plantas pueden
posteriormente convertirse en los alimentos que consumimos. Tanta es su
importancia dentro de este proceso, que 75% de los cultivos alimentarios dependen
de ellas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO).
Asimismo,
es bien sabido que las abejas se encuentran en peligro de extinción. En México,
las casi dos mil especies existentes están en riesgo debido a la agricultura
intensiva, el monocultivo, el cambio climático, así como la reducción de su
hábitat. De acuerdo con Adriana Correa Benítez, experta de la Facultad de
Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, los herbicidas y plaguicidas ponen
en peligro a las abejas y afectan a la flora nativa del país, lo cual debería ser
regulado en el campo. Las abejas son insectos cruciales para el ser humano y
los problemas que las afectan a ellas y a otros insectos polinizadores, son
también una importante amenaza para la alimentación mundial.
Sin
embargo, un estudio realizado por la Royal Society B llegó a la conclusión de
que las abejas viven en mejores condiciones en ambientes urbanos que en
rurales, debido al menor uso de pesticidas, así como una mayor diversidad de
flores y plantas que pueden polinizar.
Este
hecho evidencia que las ciudades juegan un papel muy importante en la
preservación de esta especie. Una de las formas en que se podría ayudar a las
abejas es por medio de la producción de alimentos de manera ecológica; es
decir, mediante huertos o jardines urbanos. Además del cultivo de plantas y
frutos, resulta muy útil la instalación
de cajas de abejas en estos huertos, las cuales sirven para recibir abejas
nativas y ayudar a la polinización del sitio y sus alrededores. Existen ejemplos
de éxito en esta práctica, como el caso de las oficinas Cookfox, en Nueva York
o Studio Gang, en Chicago, que han ayudado a aumentar la población de estos
insectos.
En
este sentido, es destacable el caso de la Ciudad de México, que cuenta con 244
azoteas verdes distribuidas a lo largo de su territorio y se encuentra en el
segundo lugar de las ciudades latinoamericanas con mayor número de huertos
urbanos, según datos publicados por la FAO. Por otro lado, la Secretaría de
Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (SEDEREC) apoya al desarrollo
de esta iniciativa orientando acerca de cómo generar un huerto urbano propio,
así como informando sobre sus beneficios.
Es
vital para la humanidad en este momento, generar conciencia y adentrarse en el
conocimiento de estas nuevas soluciones que buscan la preservación de las
abejas, además de implementarlas en mayor cantidad dentro de nuestras ciudades,
para evitar las consecuencias catastróficas que podría traernos su ausencia.
Fotografías: ArchDaily y MXCITY
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