Resulta evidente, y cuando menos deseable, que una vez superada la
pandemia a la que nos enfrentamos, muchos aspectos de la vida como la conocemos
cambiarán. Uno de ellos, sin duda será la arquitectura, especialmente la
hospitalaria.
Puesto que, ante el avance del virus de la COVID-19, en la mayoría de países
del mundo los hospitales se han visto rebasados para brindar una atención adecuada
a las personas infectadas, gran cantidad de arquitectos han tomado medidas
respecto a la saturación de las instalaciones y han generado soluciones de
diseño rápidas, eficientes, adaptables a cualquier sitio y que pueden ser
ensambladas de forma sencilla. Sin embargo, la situación que nos aqueja
requiere ir más allá de las soluciones emergentes y temporales; exige redefinir
el concepto de hospital.
Así, arquitectos e ingenieros habrán de replantear
la forma en que se construye la infraestructura para la salud y crear espacios
aptos para enfrentar los desafíos futuros de la medicina. Será necesario
generar estrategias para que un edificio pueda adaptarse, a lo largo de su vida
útil, a los avances de la tecnología y hacer frente a los imprevistos de las
epidemias que puedan ocurrir.
Es cierto que alrededor del mundo han surgido
soluciones y reflexiones desde diversas áreas de la arquitectura para tratar de
asimilar, desde esta disciplina, los cambios que han tomado por sorpresa a
todas las naciones. Ejemplo de ello es el foro virtual que llevaron a cabo en
días pasados, arquitectos argentinos especialistas en el diseño de hospitales.
El él, hablaron acerca de las modificaciones que sufrirán los edificios a partir del coronavirus y surgieron reflexiones interesantes; por ejemplo, que los hospitales del futuro deben atender a tres aspectos fundamentales: flexibilidad espacial, para que puedan adaptarse rápidamente a recibir pacientes en masa; un doble circuito de acceso para personas contagiadas y pacientes que llegan por otras causas; así como una revisión minuciosa de los materiales de las superficies y las zonas de atención para restringir el contacto entre personal, familiares y enfermos.
El él, hablaron acerca de las modificaciones que sufrirán los edificios a partir del coronavirus y surgieron reflexiones interesantes; por ejemplo, que los hospitales del futuro deben atender a tres aspectos fundamentales: flexibilidad espacial, para que puedan adaptarse rápidamente a recibir pacientes en masa; un doble circuito de acceso para personas contagiadas y pacientes que llegan por otras causas; así como una revisión minuciosa de los materiales de las superficies y las zonas de atención para restringir el contacto entre personal, familiares y enfermos.
Ciertamente se avecinan grandes desafíos para el futuro de la
arquitectura hospitalaria, pero con los mecanismos necesarios y la interacción interdisciplinaria
de especialistas como arquitectos, ingenieros y médicos se podrá crear un nuevo
modelo que cumpla los requerimientos para brindar un servicio médico eficiente
y de calidad.
Fotografías: ArchDaily
Es interesante el tema del futuro de la Arquitectura Hospitalaria pero parte de una pandemia inesperada.
ResponderEliminarEn México primero debemos actualizar y revisar el Plan Maestro de Infraestructura física de hospitales. ¿Queremos 1 cama hospitalaria por cada 1,000 habitantes? O debemos buscar tener 3 o 4 camas por cada 1,000 habitantes. En algunos estados quizá no se llegue a una cama por cada 1,000 habitantes
Los hospitales actuales están diseñados para atender las especialidades básicas (Medicina Interna, Gineco Obstetricia, pediatría y Cirugía), las cuales seguirán existiendo aún en épocas de pandemias Dependiendo del tamaño del hospital existen las subespecialidades. Estas enfermedades no desaparecen por las pandemias. Los pacientes siguen existiendo y siguen recibiendo tratamiento.
La saturación actual sobre todo en el área de Terapia intensiva me lleva a pensar no tanto en modificar los hospitales actuales, sino en tener infraestructura física versátil para recibir un gran número de pacientes que puedan recibir un tratamiento médico adecuado y una vez terminada la pandemia se reconvertirán a otros fines, pienso por ejemplo el caso del Centro Banamex en donde hay muchos m2 disponibles y que se habilitó como centro especializado para un poco mas de 800 camas. Después regresará a su función de centro de exhibiciones.
¿Se imaginan hacer hospitales de 1,000 o dos mil camas por si viene otra pandemia? ¿Se imaginan tener 800 camas disponibles sin pacientes? Estas camas tienen personal médico y de enfermeras, limpieza, etc. Los pacientes requieren servicio de nutrición y de lavandería. Los servicios de auxiliares de diagnóstico (rayos X y Laboratorio clínico) y auxiliares de tratamiento (Terapia Intensiva y Quirófanos ) estarían sumamente sobrados en m2 y en personal. El departamento de Urgencias lo resuelve con triage.
La solución es diseñar un nuevo tipo de hospital temporal. Que se habilite cuando se necesite y que se pueda guardar cuando ya no se necesite. O Pienso mejor aún que cada ciudad planee la reconversión de espacios para tales fines como Centros de convenciones, gimnasios o escuelas y que se tenga preparado lo necesario para habilitarlas rápidamente.
La solución de los argentinos está bien para enfermedades contagiosas, pero y si no son contagiosas.
En México tenemos normativas que deben ser actualizadas, las del IMSS abarcan no solo los locales de que constan el hospital sino también los acabados adecuados para cada espacio.
La miopía de las administraciones gubernamentales no a permitido la actualización constante de estas normas.