viernes, 3 de abril de 2020

EL DISEÑO EN LA CULTURA CONTEMPORÁNEA: INNOVACIÓN SOCIAL

Redacción Repentina


En nuestros tiempos, el diseño juega un papel muy importante. Puesto que no sólo abarca la creación de espacios u objetos, repercute en diversos aspectos que van desde lo psicológico y lo social, hasta lo económico, entre muchos otros. Así diseñadores, arquitectos, escritores y filósofos han expresado sus inquietudes por comprender y analizar el papel que juega el diseño en la cultura y los efectos que causa en nuestra sociedad.

Uno de estos autores que se ha encargado de realizar una reflexión a partir de otras perspectivas es Ezio Manzini, arquitecto, diseñador e ingeniero, experto en temas de sustentabilidad. Se ha dedicado a aportar un nuevo enfoque hacia el análisis entre la innovación tecnológica y la evolución sociocultural, lo que le ha valido convertirse en el referente de una nueva corriente de diseño sustentable: la innovación social.

¿A qué se refiere el concepto de innovación social? Se trata de poner el diseño al servicio de la creación de mecanismos de trabajo, generación empleos y todas las gestiones necesarias que respondan a las necesidades de una comunidad. Tiene como objetivo hacer partícipe a los distintos actores que componen a la ciudadanía, haciendo un llamado general para hacer consciencia de que todos somos susceptibles de ser diseñadores y coautores de estas soluciones.

Mediante propuestas responsables centradas en las personas y las comunidades, la innovación social ha dado lugar a la formación de nuevas plataformas de emprendimiento para diseñadores que buscan un lugar en los sectores productivos de las ciudades y el reconocimiento de nuevas prácticas colectivas de diseño, como una alternativa válida de participación social y desarrollo económico. En pocas palabras, responde al surgimiento de iniciativas que buscan impactar positivamente en la sociedad a partir de acciones colectivas vinculadas a la práctica del diseño.

De este modo, la innovación social se introduce en la arquitectura mediante la comprensión de la ciudad, sus procesos y sus comunidades. Se proyecta para dar calidad de vida y tiene como objetivo no sólo trasformar el espacio o el sitio, sino cambiar a las personas. Pretende así, de manera simultánea construir ciudad y ciudadanía. Dicho de otro modo, es una estrategia que transforma a las comunidades en protagonistas del cambio en los espacios y territorios, lo que deviene en la sustentabilidad de las obras públicas.


Fotografía: Revista Código

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