Sin importar el paso de los
años y las nuevas formas en las que las generaciones recientes perciben y hacen
uso de los espacios, proyectar casas unifamiliares sigue siendo la tarea con
mayor demanda para los arquitectos; es decir que este tipo de proyectos son lo
más solicitados por los clientes en general. Asimismo es la tipología más popular
en la plataforma ArchDaily. Por ello
este tipo de proyectos pueden pensarse como una labor suficientemente estudiada
y ejecutada, restándole peso a su complejidad.
En efecto, la inclinación
hacia las viviendas sigue siendo tendencia, pero cada una de ellas presenta su
propio reto. Diseñar una casa implica construir el lugar más íntimo de una
persona o familia, donde posiblemente pueden ser ellos mismos al 100%. Para que
esto ocurra se debe tener un estudio previo de las necesidades del cliente para
transformarlas en ideas y finalmente plasmarlas en espacios. De ahí que el
arquitecto se convierte en la herramienta que entiende al usuario y materializa
su visión.
En definitiva, la tarea de atender
al usuario, comprender la forma en la que vive y su comportamiento, para así
lograr el espacio ideal que necesita, no es sencilla. Pero a pesar de los
desafíos que se pueden llegar a presentar al satisfacer los requisitos del
cliente, esto no debe verse como una limitante del diseño. Al proyectar una
casa se tiene una libertad formal enorme, por lo que es posible experimentar
con diferentes soluciones. Dicha libertad puede ser el paso decisivo para
explorar nuevas formas de vida contemporánea.
Gracias a la exploración en las
necesidades de las nuevas generaciones, se han propuesto formas de vivienda distintas
a las conocidas en el pasado. Se ha visto en años recientes que para aquellas
personas que pertenecen a la llamada Generación Z, la necesidad de adquirir una
vivienda de gran tamaño ya no es tan importante ni tan fácilmente accesible. Contrario
a lo que ocurría con las generaciones anteriores, estas personas prefieren viajar
para conocer otras culturas o incluso dentro de sus países, prefieren mudarse
de barrio o ciudad, antes que establecerse en una sola casa toda su vida; de igual
manera, formar una familia ya no es una prioridad.
Así, en respuesta a esta
realidad, y bajo la premisa de que tener una buena casa, no significa tener una
gran superficie, ha surgido la tendencia de la microvivienda. No obstante, ésta
ha resultado muy criticada entre ciertos sectores por considerarla inviable y
como un oportunismo de las empresas inmobiliarias.
En conclusión, la vivienda
siempre será una tipología en constante evolución y los arquitectos tendrán la
tarea de adaptarse a dichos cambios, siempre con la idea de escuchar y atender
las necesidades del usuario para poder lograr ese espacio soñado.
Fotografías: ArchDaily