Redacción Repentina
Toda creación arquitectónica siempre debe tener ciertos cuidados al
momento de ser elaborada, ya que para obtener resultados atractivos y eficientes,
se necesita un análisis previo de la superficie o un análisis del entorno y
relacionarlos entre sí para conformar una estructura nueva e innovadora que
satisfaga los parámetros, requerimientos y necesidades para los que fue
construida.
Con esta visión, se creó la nueva casa portátil ecológica, realizada
por arquitectos eslovacos, quienes la cubrieron de células solares y una
turbina de viento replegable, con el fin de que la casa pueda funcionar fuera
de la red de energía aproximadamente por un año. Los arquitectos la adaptaron para
instalar una cama, agua corriente, calentador de comida, cocina, baño, ducha
con agua caliente y un pequeño espacio para colocar objetos personales.
La casa portátil, con forma esférica, se puede utilizar para
actividades desérticas, para cuestiones turísticas y acciones humanitarias, ya
que contiene materiales que protegen a la casa y además no afectan al medio
natural. Por otro lado, cabe mencionar que la casa portátil genera su propia
energía, funciona con la luz del sol, aprovecha la fuerza del viento y también
de la lluvia. Cada trabajo ecológico ayuda a entender que existen arquitectos
creativos que saben cómo diseñar en espacios que no perjudican al planeta.
Sin duda alguna, esta estructura nos remonta a lo que realizaron los
alumnos de la Facultad de Arquitectura con su proyecto Urbe Natura, trabajo
realizado el pasado mayo de 2016 en el jardín Botánico de Chapultepec que
consistió en la realización de pequeñas jardineras hechas con blocks rellenos
de tierra y grava de mármol rematadas con suculentas, que fueron diseñadas a
partir de las indicaciones de la convocatoria, donde se recalcó que los equipos
que mostraran interés en el proyecto, debían buscar especies de plantas
mexicanas y al final, elegir una de ellas para exhibirla en espacios donde
tuvieran libertad, sin que se tocara una con la otra. Por eso fue que los
alumnos de la FA decidieron construir las bases con grava de mármol y así,
lograr que cada planta tuviera su propio espacio, sin olvidar que todas las
plantas se localizan en una superficie adecuada tanto para la sombra como para
el sol.
Estas estructuras son imaginadas por arquitectos que visualizan a la
arquitectura más allá de lo que implica, sin dejar a un lado que para colaborar
en proyectos como los antes mencionados, se necesita la contemplación de
recursos, cotizaciones de materiales, medidas exactas de los espacios, bocetos
de la construcción y el concepto que se adquirirá cuando sea presentada a los
críticos y espectadores.
Encuentra más información en Repentina mayo 2016.
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Fotografía: Cortesía
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