viernes, 21 de octubre de 2016

NUEVAS TECNOLOGÍAS EN ARQUITECTURA

Redacción Repentina

A lo largo de los siglos, el hombre ha dependido amplia e inevitablemente de la tecnología. Desde la prehistoria comenzó a fabricar piedras afiladas para cortar carne y otras raíces de las que se alimentaba. Así es como se originó la tecnología. 

Al pasar del nomadismo al sedentarismo, el hombre comenzó a construir sus viviendas, luego sus aldeas y, con el paso del tiempo, sus ciudades. Los pobladores ocupaban los insumos que su medio les proporcionaba, es decir, se valían de los materiales regionales para edificar en correspondencia con el ambiente que les rodeaba.
Siglo tras siglo, las técnicas de construcción evolucionaron. Por mencionar algunas, las pirámides de Guiza, el Coliseo de Roma o la cúpula de Santa María del Fiore en Florencia, son ejemplos icónicos que, aún cuando se trata de distintos periodos en la historia, han marcado la evolución de la tecnología en la arquitectura.
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, tras la Revolución Industrial, se originó una transformación económica, social y tecnológica sin precedentes. La industria textil y la minería se convirtieron en dos de los principales motores del desarrollo económico. 

En el ámbito de la construcción, el uso del acero y el vidrio se volvió tendencia en todas partes y se ocasionó una total desconexión con la naturaleza. Paulatinamente, se globalizó el uso de materiales sintéticos nuevos, que facilitaban tanto el tiempo de realización de la obra, como la reducción de costos por materiales que resultaba barato fabricar y con los que se lograban acabados novedosos.
Actualmente, muchos de estos materiales se han convertido en una moda y ocasionan un gran impacto ambiental, ya sea por la explotación insostenible de recursos o porque se requieren enormes cantidades de energía para producirlos. Algunos quedan obsoletos rápidamente y es imposible reciclarlos.

Hoy en día, la tecnología en la arquitectura da otro giro. La preocupación por el medio ambiente se hace más palpable y aumentan los esfuerzos a distintas escalas para buscar soluciones de menor impacto. Por un lado, se retoman criterios como: usar materiales que no generen residuos tóxicos, materiales cuya producción no abuse de recursos no renovables, que sean de producción regional, que cuenten con certificaciones ambientales -como el caso de algunas maderas-, y materiales que no hayan sido fabricados a partir de aleaciones difíciles o imposibles de reciclar.
Adicionalmente, aumenta la producción de materiales que de reúso, reciclados, o que aprovechan materiales de desecho para su propia fabricación. Destaca el uso de materiales provenientes del desecho doméstico como el vidrio, el cartón reciclado, textiles y plásticos, los cuales constituyen un enorme porcentaje de la basura que se produce cada día en el planeta. Arquitectos de reconocido prestigio internacional como Shigeru Ban, Renzo Piano, Ken Yeang y Jean Nouvel, han experimentado con materiales de este tipo. 

Las innovaciones tecnológicas en la industria de la construcción no sólo se concentran en la producción o reciclaje de materiales, también se han logrado importantes avances en el desarrollo de las conocidas ecotecnias; los colectores solares, las celdas fotovoltaicas, las letrinas secas, los biodigestores, los huertos urbanos y los captadores de agua pluvial, son algunos ejemplos.
Así mismo, la arquitectura bioclimática representa otra alternativa de bajo impacto ecológico que, en conjunto con las ecotecnias, puede arrojar resultados muy positivos. En realidad el bioclimatismo no es más que volver ese pasado en el que el hombre construía en correspondencia con la naturaleza, y que en algún momento dejó de hacer. Por ello, en este caso no se puede hablar precisamente de una innovación, pero sí de tecnología, una que se reinventa y desarrolla cada vez más compleja y conscientemente, gracias a los nuevos avances, pero de un campo de conocimiento distinto a la arquitectura, las ciencias de la computación.
Podemos concluir entonces, que la tecnología ha sido siempre un arma de dos filos. El  impacto sobre la sociedad puede ser bueno o malo, pero dependerá de la manera en la se utilice. La ciencia y la política por ejemplo, en varios periodos de la historia han aprovechado negativamente la innovación.

En el campo de la arquitectura, es necesario desarrollar los criterios necesarios para hacer o promover un correcto y más responsable uso de las nuevas tecnologías. Ya que nuestra disciplina tiene un enorme compromiso social, es nuestra responsabilidad regresar la mirada a las antiguas técnicas de construcción que hoy pueden convertirse en nuestras mejores aliadas para que nuestro compromiso no sea solo social, sino también ambiental.


Fotografías: Plataforma Arquitectura, venalmundoclasico.com, Viajero Turismo, photoartkalmar.com y Archdaily




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