viernes, 7 de junio de 2019

¿REALMENTE NOS IMPORTA EL CAMBIO CLIMÁTICO?

Redacción Repentina


Mucho se ha dicho acerca del cambio climático y sus consecuencias. A diario, en conversaciones y en medios de comunicación escuchamos opiniones, noticias y datos al respecto. Entonces vale la pena preguntarse, ¿realmente sabemos qué es el cambio climático y qué efectos tiene en nuestra vida? Y si es así, ¿qué tanta importancia le damos al tema?


 Cada año, durante la época de calor y sequía, una capa espesa de partículas suspendidas sobrevuela la Ciudad de México y se convierte en la principal preocupación de los más de 21 millones de personas que diariamente transitan por ella. Entre marzo y mayo suele haber unas semanas en las que respirar representa un mayor riesgo para la salud. Sin embargo, cuando la contingencia pasa, pareciera que olvidamos la presencia continua de esas partículas que entran a nuestro organismo. Menos aún nos incomoda la devastación de las áreas naturales de la que a diario tenemos noticias. Es hasta que sus consecuencias más aparatosas irrumpen en nuestra vida y nuestra salud, que emprendemos acciones para remediar la situación, pero, en su mayoría, lo hacen sólo de forma superficial.  

Así, es necesario aclarar dos conceptos clave para comprender lo que ocurre, no sólo en Ciudad de México, sino a nivel mundial: el cambio climático y el calentamiento global. El primero es una consecuencia del segundo. Esto es, el incremento de la temperatura del planeta más allá de los límites que se considerarían normales, (provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera) a causa de la actividad del ser humano, ha generado que el clima se vuelva más cálido. Ello trae consigo cambios que pueden resultar catastróficos: elevación del nivel del mar, desbordamiento de ríos y lagos, incendios forestales, avance de desiertos, muerte y desplazamiento de especies animales, entre muchas otras.   

El cambio climático es prácticamente imposible de evitar; sin embargo existen acciones que se pueden poner en práctica ante su impacto. Ellas son las medidas de mitigación y adaptación.

Las primeras consisten en reducir y limitar las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar que la temperatura del planeta siga aumentando. Por otra parte, la adaptación está enfocada en minimizar la vulnerabilidad ante las repercusiones del cambio climático.  Por ejemplo, realizar mejoras a las obras de infraestructura urbana con el afán de disminuir su impacto ambiental, promover la reforestación y restauración del paisaje, llevar a cabo procesos de tratamiento y saneamiento del agua e invertir en investigación sobre el comportamiento de la temperatura del planeta y los fenómenos atmosféricos, entre otras.

Ante esto, nos resta preguntarnos, ¿qué medidas podemos implementar en esta ciudad ante las consecuencias del cambio climático y de la contaminación que nos asfixia?

Fotografías: El País / La vieja guardia

No hay comentarios:

Publicar un comentario