lunes, 3 de diciembre de 2018

NUEVO CENTRO CULTURAL EN LA VIVIENDA MÁS ANTIGUA DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Redacción Repentina


La antigua casa ubicada en Manzanares 25, en el barrio de La Merced, que perteneciera a una familia indígena y que sobrevivió a la Conquista española en el siglo XVI, pasó a ser una casa de cultura que beneficiará a los habitantes del oriente del Centro Histórico, y cuya  inauguración se llevó a cabo el pasado 30 de noviembre. 

Luego de un trabajo de más de ocho años, coordinado por el Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México, y bajo la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se logró restaurar y rescatar este espacio, con lo que se pretende favorecer a los vecinos de los barrios La Merced y Tepito, en la Alcaldía Cuauhtémoc y Candelaria de los Patos, en la Alcaldía Venustiano Carranza.

En la ceremonia de apertura del ahora “Centro Cultural Manzanares 25”, estuvo presente Diego Prieto Hernández, director general del INAH, quien destacó que este centro se suma a las obras de mejoramiento urbano en pro de los residentes y visitantes del Centro Histórico, las cuales resignifican y revitalizan nuestro patrimonio, además de que tienden lazos entre el legado arquitectónico y la identidad.

Por su parte, el historiador José Mariano Leyva, titular del Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México, señaló que este centro tendrá una gran responsabilidad, pues “es un sitio donde el pasado se va a comprometer con el futuro” ya que será un espacio de convivencia y aprendizaje para aproximadamente 800 niños y niñas que viven en las zonas aledañas, gracias a los talleres y las expresiones artísticas que tendrán lugar en él.
 
Así también, participó el arquitecto Juan Benito Artigas, profesor emérito de la Facultad de Arquitectura de la UNAM; y en cuya investigación queda de manifiesto la importancia del inmueble. Mencionó que en su libro México: Arquitectura del siglo XVI se destacan los principales aspectos del conjunto de viviendas Manzanares 25, el cual es un ejemplo de creatividad novohispana que mantiene la disposición de viviendas contiguas (cuartos alrededor de un patio) mezclada con elementos de vivienda española, como marcos de cantera en torno a puertas y ventanas y viguería de madera en sus techos.

Fotografías: INAH

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