viernes, 13 de abril de 2018

LOS HABITANTES DE LA VELOCIDAD DE FERNANDO OCAÑA

Redacción Repentina


Fernando Ocaña. MANUEL ESCALERA
eL PAÍS
Las ciudades son un observatorio social; sus habitantes transitan día con día en ellas generando movimiento. Dentro de estos grandes organismos, la velocidad es una condición social que está presente en distintos momentos en la vida de cada persona que los habita. Estos momentos generan una dinámica de comunicación entre la ciudad y sus habitantes.

El trabajo del artista y diseñador de vehículos por el Royal College of Art de Londres, Fernando Ocaña, ha explorado la experiencia del movimiento e interacción en la ciudad. Muestra a la ciudad como una sinfonía, metáfora musical evocada por el sociólogo Lewis Mumford en la que advierte que la organización del tiempo y el espacio le da a la vida en la sociedad el carácter de una sinfonía.

New Jersey Turnpike, Estados Unidos.
© Tony Smith, 1966.
Del 15 de marzo al 5 de abril, en el marco de Mextrópoli 2018, Fernando Ocaña presentó en México la exposición Los habitantes de la velocidad, que incluyó una selección fotográfica, la proyección de un largometraje y la presentación de un libro. La exposición “invita a reconsiderar la imagen estática de la ciudad e incorporar en cambio una en movimiento, a preguntarnos: ¿qué es este fenómeno tecnológico que nos ha transformado socialmente?; ¿qué es este territorio de la estética engendrado por el automóvil?; O quizá simplemente, ¿qué es lo que tanto nos fascina, al mirar el paisaje borrarse detrás de la ventana?”

El largometraje de la exposición titulado Junkspeed incurre en el género fílmico City Symphony, cuyo gran exponente es el filme Man with a Movie Camera (1929) dirigida por el ruso Dziga Vertov. Junkspeed retrata a la ciudad de México a través de la movilidad. Las horas marcan las actividades que corresponden a cada momento del día, el documental presenta el día a día de la ciudad intentando capturar su espíritu.

Berlín: Sinfonía de una Gran Ciudad, Alemania.
© Walter Ruttmann, 1927.
Los habitantes de la velocidad fue una invitación a reflexionar la vida en sociedad a través de su diseño que predispone la movilidad en la ciudad y la interacción entre sus habitantes. “De A a B, vivimos en un estado constante de transición. Paisaje, velocidad y emoción fluyen bajo ritmos subconscientes […] Comúnmente el territorio de la eficiencia, el transporte es también un escenario para nuestros encuentros con lo misterioso, lo fascinante, lo exasperante. Un teatro de símbolos, destellos, gestos y momentos borrosos de interacción con viajeros e infraestructura, nuestro universo en movimiento”[1]






[1] http://www.fernandoocana.co.uk/




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