Redacción Repentina
La ecoarquitectura, también
conocida como arquitectura sustentable o arquitectura verde, busca el modo de
concebir el diseño arquitectónico de manera sostenible; además de maximizar el
uso de recursos naturales, los sistemas de edificación utilizados deben
minimizar el impacto o los efectos en el ecosistema de su ubicación.
Este tipo de diseños intenta
reducir los desperdicios derivados de la construcción y mantenimiento a lo
largo de la vida del edificio sustentable, el cual es un inmueble que tiene impacto
mínimo en el entorno y obras aledañas; la construcción sustentable es la que
lleva a cabo las prácticas que logran aprovechar el aspecto económico, velan por
el aspecto social y protegen el medio ambiente.
A fin de comprender la arquitectura
sustentable, hay que establecer cinco puntos: el primero busca un ambiente
interior saludable, que consiste en aplicar medidas para evitar la emisión de
sustancias tóxicas o gases en el interior. Joseph Allen, investigador de la
Universidad de Harvard, propone dos forma de lograr esto: una es mejorar la ventilación
y la otra es disminuir la presencia de sustancias toxicas, es decir, elegir
materiales y muebles que tengan cantidades bajas de éstas.
La segunda es eficiencia energética,
significa que trata de disminuir el uso de energía; busca emplear métodos que
ayuden a esto. En México, el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica se
dedica a apoyar empresas interesadas en innovar la tecnología energética dentro
de sus instalaciones para evitar el uso de energía, y así lograr la
conservación de recursos naturales no renovables.
El tercer punto es el uso de
materiales ecológicos benignos, los que se ocupen deben reducir la destrucción
del medio ambiente. En 2010, Gerardo Soto Ramírez estudiante de la Universidad
Autónoma de Querétaro utilizó fibra PET
para mejorar el tabique tradicional.
El cuarto punto, forma
medioambiental, se traduce como la relación entre la edificación, los
habitantes y la naturaleza.
El quinto punto es “un buen proyecto”,
lo cual se logra mediante una relación eficaz de larga duración sobre el uso de
las áreas, edificación, sistemas tecnológicos; asimismo, la relación entre el medio ambiente, la sociedad y la edificación.
Un ejemplo de este tipo de
construcciones está ubicado en Huixquilucan, Estado de México, donde las casas
están construidas a base de pacas de paja, además de madera, tierra arcillosa y
morillos de pino.
Revisa la nota de Repentina enero 2017 para enterarte de lo que hace la UNAM para cuidar el medio ambiente. En ella se mencionan los esfuerzos
realizados como institución en la búsqueda de estrategias para enfrentar los
problemas ambientales.
Fotografía: cortesía
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