martes, 28 de febrero de 2017

CINCO CARAS DE LA ECOARQUITECTURA

Redacción Repentina

La ecoarquitectura, también conocida como arquitectura sustentable o arquitectura verde, busca el modo de concebir el diseño arquitectónico de manera sostenible; además de maximizar el uso de recursos naturales, los sistemas de edificación utilizados deben minimizar el impacto o los efectos en el ecosistema de su ubicación.

Este tipo de diseños intenta reducir los desperdicios derivados de la construcción y mantenimiento a lo largo de la vida del edificio sustentable, el cual es un inmueble que tiene impacto mínimo en el entorno y obras aledañas; la construcción sustentable es la que lleva a cabo las prácticas que logran aprovechar el aspecto económico, velan por el aspecto social y protegen el medio ambiente.

A fin de comprender la arquitectura sustentable, hay que establecer cinco puntos: el primero busca un ambiente interior saludable, que consiste en aplicar medidas para evitar la emisión de sustancias tóxicas o gases en el interior. Joseph Allen, investigador de la Universidad de Harvard, propone dos forma de lograr esto: una es mejorar la ventilación y la otra es disminuir la presencia de sustancias toxicas, es decir, elegir materiales y muebles que tengan cantidades bajas de éstas.

La segunda es eficiencia energética, significa que trata de disminuir el uso de energía; busca emplear métodos que ayuden a esto. En México, el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica se dedica a apoyar empresas interesadas en innovar la tecnología energética dentro de sus instalaciones para evitar el uso de energía, y así lograr la conservación de recursos naturales no renovables.

El tercer punto es el uso de materiales ecológicos benignos, los que se ocupen deben reducir la destrucción del medio ambiente. En 2010, Gerardo Soto Ramírez estudiante de la Universidad Autónoma de Querétaro utilizó fibra PET


para mejorar el tabique tradicional.

El cuarto punto, forma medioambiental, se traduce como la relación entre la edificación, los habitantes y la naturaleza.
El quinto punto es “un buen proyecto”, lo cual se logra mediante una relación eficaz de larga duración sobre el uso de las áreas, edificación, sistemas tecnológicos; asimismo, la relación entre el medio ambiente, la sociedad y la edificación.

Un ejemplo de este tipo de construcciones está ubicado en Huixquilucan, Estado de México, donde las casas están construidas a base de pacas de paja, además de madera, tierra arcillosa y morillos de pino.

Revisa la nota de Repentina enero 2017 para enterarte de lo que hace la UNAM para cuidar el medio ambiente. En ella se mencionan los esfuerzos realizados como institución en la búsqueda de estrategias para enfrentar los problemas ambientales.

Fotografía: cortesía

No hay comentarios:

Publicar un comentario