lunes, 23 de enero de 2017

BIOPISCINAS, TENDENCIA DE PAISAJE OLVIDADA

Redacción Repentina

Actualmente una de las principales tendencias en la arquitectura es la sustentabilidad y la preocupación por el medio ambiente. En este sentido es importante recordar que los primeros esfuerzos en este sentido no son tan recientes, sino que empezaron hace varias décadas.  

En 1983 apareció la primera Biopsicina construida por Warner Gamerith. En dicha piscina se dividía con paredes el área de natación de la de regeneración.

En Austria durante 1985 Peter Petrich, funda Biotop, compañía con la que logra investigar y revolucionar el sistema de biofiltrado. Por su parte, Richard Weixler, con la empresa Wassergarten, la alemana BioNova, la suiza Biotech, y países latinoamericanos como Argentina, Costa Rica, Chile, Brasil y Colombia, son algunos ejemplos de los esfuerzos que se realizan en el mundo por llevar a cabo este tipo de piscinas.

Desde su creación, las biopiscinas han seguido dos tendencias: la utilización  de un sistema de agua 100% natural y otra que se encuentra en constante innovación para conseguir una filtración biológica. El objetivo es darle un tratamiento al agua parecido al que se hace con un proceso natural.

Su funcionamiento consiste en la capacidad de filtrar el agua a través de diversos sistemas como plantas y filtros de grava o arena para simular el tratamiento que se hace naturalmente. Al mismo tiempo estos filtros permiten el alojamiento de colonias bacterianas aeróbicas, las cuales se encargan de descomponer la biomasa en nutrientes y sales minerales. Las plantas acuáticas, por su parte, absorben éstas mediantes sus raíces. Tales plantas también son capaces de absorber el Dióxido de Carbono y liberar Oxigeno.

Este ecosistema es efectivo si es más grande y más profundo. Si la superficie de agua es más chica que 25m2, la filtración es más difícil de lograr. Otros factores de los que también depende es la temperatura, la exposición solar y las climatologías extremas.

Para la construcción se debe excavar y perfilar el suelo, eliminar cuerpos u objetos que puedan rasgar la capa impermeabilizadora o afectar el sistema de impulsión y filtro; y si se desea, diseñar diferentes niveles.

Una de las principales ventajas que tienen las Bio-piscinas es que no se gasta en productos químicos o en un mantenimiento tan constante como una piscina convencional, además no causa alergias por el uso de químicos u otras substancias.


Existen diversas asociaciones que se encargan de establecer pautas y normativas para garantizar que el sector crezca y vele por los ideales por los que las biopiscinas fueron creadas.  Una de estas organizaciones es la Organización Internacional para las Aguas de Baño Naturales (IOB), fundada el 29 de Septiembre de 2009.



Fotografía: cortesía

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