Actualmente una de las principales tendencias en la
arquitectura es la sustentabilidad y la preocupación por el medio ambiente. En este
sentido es importante recordar que los primeros esfuerzos en este sentido no
son tan recientes, sino que empezaron hace varias décadas.
En 1983 apareció la primera Biopsicina construida por
Warner Gamerith. En dicha piscina se dividía con paredes el área de natación de
la de regeneración.
En Austria durante 1985 Peter Petrich, funda Biotop, compañía
con la que logra investigar y revolucionar el sistema de biofiltrado. Por su
parte, Richard Weixler, con la empresa Wassergarten, la alemana BioNova, la
suiza Biotech, y países latinoamericanos como Argentina, Costa Rica, Chile,
Brasil y Colombia, son algunos ejemplos de los esfuerzos que se realizan en el
mundo por llevar a cabo este tipo de piscinas.
Desde su creación, las biopiscinas han seguido dos
tendencias: la utilización de un sistema
de agua 100% natural y otra que se encuentra en constante innovación para
conseguir una filtración biológica. El objetivo es darle un tratamiento al agua
parecido al que se hace con un proceso natural.
Su funcionamiento consiste en la capacidad de filtrar el
agua a través de diversos sistemas como plantas y filtros de grava o arena para
simular el tratamiento que se hace naturalmente. Al mismo tiempo estos filtros
permiten el alojamiento de colonias bacterianas aeróbicas, las cuales se
encargan de descomponer la biomasa en nutrientes y sales minerales. Las plantas
acuáticas, por su parte, absorben éstas mediantes sus raíces. Tales plantas también
son capaces de absorber el Dióxido de Carbono y liberar Oxigeno.
Este ecosistema es efectivo si es más grande y más
profundo. Si la superficie de agua es más chica que 25m2, la
filtración es más difícil de lograr. Otros factores de los que también depende
es la temperatura, la exposición solar y las climatologías extremas.
Para la construcción se debe excavar y perfilar el
suelo, eliminar cuerpos u objetos que puedan rasgar la capa impermeabilizadora
o afectar el sistema de impulsión y filtro; y si se desea, diseñar diferentes
niveles.
Una de las principales
ventajas que tienen las Bio-piscinas es que no se gasta en productos químicos o
en un mantenimiento tan constante como una piscina convencional, además no
causa alergias por el uso de químicos u otras substancias.
Existen diversas asociaciones que se encargan de
establecer pautas y normativas para garantizar que el sector crezca y vele por
los ideales por los que las biopiscinas fueron creadas. Una de estas organizaciones es la Organización
Internacional para las Aguas de Baño Naturales (IOB), fundada el 29 de
Septiembre de 2009.
Fotografía: cortesía
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